El sistema de electrólisis salina reduce los tiempos de mantenimiento un 80%, pero ¿cómo?Si hemos decidido comprar clorador salino para piscinas, pensamos instalar uno en nuestra piscina esta temporada, o si nos acabamos de hacer con él, seguro que ya sabemos los beneficios de este sistema. Hoy vamos a dedicarnos especialmente a uno de esos puntos fuertes: el tiempo que ahorramos, y cómo debemos gestionar el poco que tengamos que estar pendientes de nuestro sistema electrólisis para piscina.

Cómo ahorrar en tiempo de mantenimiento con un clorador salino

El tiempo que dedicaremos en tareas de mantenimiento con un clorador salino se reduce un 80%, pero hemos de prestar atención a los nuevos cuidados que requerirá nuestra piscina para que nada falle. La electrólisis, bien realizada, mejorará la calidad del agua y nos evitará tener que manejar productos químicos.

Una vez tengamos nuestro clorador listo para empezar a mejorar nuestra vida y la de nuestra psicina, deberemos verter sal natural (cloruro sódico) al agua. Lo haremos en la cantidad que nos indique el fabricante del producto, generalmente 5 gramos por litro de agua.

Cuando se haya disuelto por completo será el momento de aplicar al agua la electrólisis a través de nuestro clorador salino. Se trata de una corriente eléctrica que convierte la sal en el desinfectante que necesitamos para nuestro vaso.

A partir de aquí nos tendremos que preocupar de poco más. Y es que una vez terminado el proceso, la sal en su formato de desinfectante se convierte de nuevo en sal, por lo que la concentración del producto que hemos vertido inicialmente se mantiene constante en nuestra piscina, y únicamente tendremos que hacer pequeñas reposiciones de sal por los restos que pueden perderse con el paso del tiempo en lavados de filtros, pérdida de agua…

El clorador salino para piscinas permite que nuestra piscina, según sus propias necesidades, aplique la desinfección que necesite, a partir del uso de la sal natural y suave que no daña nuestra piel, ojos o pelo.